
Obra icónica de la literatura estadunidense, Walden es, en palabras de Federico Patán, “una especie de diario sin fechas, una serie de meditaciones” a la orilla de una laguna y, a la vez, un testimonio filosófico y práctico de lo que a Thoreau le preocupaba profundamente como individuo: la posibilidad de llevar una vida sencilla en medio de la naturaleza. Enraizado en su lugar de origen, Thoreau creció intelectualmente sin ir más allá de sus fronteras y logró “descifrar filosóficamente el mundo sin necesidad de viajarlo”. Fue un denodado impulsor del trascendentalismo, movimiento filosófico que delineó la vida de los Estados Unidos hacia mediados del siglo xix. Walden es la expresión escrita de este movimiento, un canto a la belleza divina de la naturaleza y un homenaje a la bondad originaria del ser humano que únicamente puede ser recuperada mediante su contemplación en soledad.
Ignacio Quirarte
Federico Patán